Uno de los sectores más afectados por la pandemia del COVID-19 es la educación. Millones de niños y adolescentes tuvieron que quedarse en sus casas para evitar el riesgo de contagios, y pasar a educarse en clases virtuales, lo que bajó su rendimiento.
Padres de familia no solo vieron cómo sus hijos pasaban por este duro proceso de adaptación. También debieron convertirse en parte de él, ayudándolos en casa. Todo ello plantea la interrogante: ¿realmente funcionan las clases virtuales?
Entre las más afectadas están las zonas rurales con extrema pobreza en el país, que no cuentan con equipos ni con instalaciones que permiten desarrollar estas clases donde la tecnología es esencial. Ante este año escolar 2021, los colegios ya se encuentran preparándose.
Todos coinciden en que es necesario que para el mes de marzo se pueda capacitar a maestros y padres, a fin de que los alumnos en casa cuenten con clases dinámicas y didácticas.
