En una calle de Chiclayo, un grupo de sujetos en presunto estado de ebriedad se liaban a golpes y lanzaban todo tipo de objetos contundentes. Producto de un golpe en la cabeza uno de los revoltosos terminó inconsciente en el suelo, pero a pesar de ello, los vándalos continuaban lanzado piedras y ladrillos.
Según los pobladores en esta calle se ubica una cantina donde a menudo se registran este tipo de peleas a cualquier hora del día, por lo que los vecinos se encuentran atemorizados ya que muchas veces tienen que permanecer encerrados en sus viviendas por temor a salir heridos.
A pesar de haber denunciado estos actos, hasta la fecha el bar de donde salen estos sujetos, continúa abierto como si nada.