Un policía hace esfuerzos para alimentar a un can que se encuentra abandonado, desde hace más de un año, en una vivienda en Trujillo.
El agente indica que no sería el único animal que estaría encerrado y en deplorables condiciones. Esta persona debe subir a una azotea para alcanzar agua y alimentos al perro, el cual se encuentra en el patio trasero de la casa.
A pesar que le gustaría rescatar al perro, se ve en la obligación de continuar alimentándolo de esa forma, pues indica que no puede invadir la propiedad privada.