Una nueva tragedia enluta al sector transporte. Esta madrugada, el conductor y el cobrador de la empresa de transportes “11 de Noviembre” fueron asesinados a balazos en la avenida Túpac Amaru, en Carabayllo, minutos después de iniciar su primer recorrido del día.
Las víctimas, identificadas como Edgar Durán Bautista y Carlos Ríos Guevara, fueron atacadas alrededor de las 3:20 a. m., cuando el bus se preparaba para salir del paradero. Según versiones preliminares, dos presuntos extorsionadores llegaron en motocicleta y uno de ellos abordó la unidad para amenazar al chofer. Al intentar intervenir, tanto el conductor como el cobrador fueron baleados.
Ambos fueron trasladados de urgencia al hospital Sergio Bernales, donde lamentablemente fallecieron. Este hecho ha desatado indignación y temor entre los trabajadores del transporte público, quienes denuncian ser blanco constante de extorsionadores a pesar de pagar sumas mensuales para evitar este tipo de ataques.
Los conductores han expresado su hartazgo y evalúan realizar un plantón en las próximas horas frente al patio principal de la empresa, ubicado también en Carabayllo. “No entendemos cómo, si incluso estamos pagando cinco soles, seguimos siendo asesinados”, declararon algunos de ellos a Buenos Días Perú.
SEGUNDO ATAQUE EN MENOS DE UN MES
Este crimen ocurre apenas semanas después de otro ataque mortal contra la misma empresa. El pasado 21 de junio, otro chofer fue asesinado de tres disparos en circunstancias similares. También fue trasladado al hospital Sergio Bernales, donde falleció.
Las amenazas no son nuevas. Otras empresas como Santa Catalina también han recibido ataques en los últimos días, incluso desde los mismos números telefónicos con los que previamente habían sido extorsionadas.
Ante esta situación, los trabajadores exigen una respuesta concreta del Ministerio del Interior. Cuestionan que las medidas adoptadas por el actual ministro repitan las fallidas estrategias de su antecesor, Juan José Santiváñez. Mientras tanto, el miedo crece entre los transportistas, que hoy salen a trabajar con la incertidumbre de si regresarán con vida a casa.