Una nueva amenaza obligó a la empresa de transporte Santa Catalina, ubicada en San Juan de Lurigancho, a suspender sus operaciones este martes. Los trabajadores denuncian haber recibido una carta extorsiva firmada por la banda criminal "Los Injertos de San Juan de Lurigancho", la misma organización que ya había atentado contra la empresa en ocasiones anteriores.
El viernes pasado, desconocidos colocaron un cartucho de dinamita en una de las unidades. El lunes dejaron una nota en la que exigían pagos y amenazaban con un atentado de mayor magnitud. “A la otra le vamos a meter una dinamita más grande… cualquier día dejamos un muerto”, decía el mensaje que incluía un número telefónico, el mismo usado en amenazas previas.
ENCAÑONAN A CHOFER
La madrugada de este martes, uno de los conductores fue interceptado y amenazado con un arma de fuego mientras intentaba sacar su vehículo del paradero. Temiendo por sus vidas, los trabajadores decidieron detener completamente sus labores.
“Estamos desprotegidos. Ya no podemos seguir exponiéndonos, esto es insostenible”, declaró uno de los choferes. Otro conductor, con más de 40 años de servicio en la empresa, indicó que es la primera vez que enfrenta una amenaza de este nivel. Todos coinciden en que la seguridad es insuficiente, ya que la presencia policial se limita a las rutas, mientras los atacantes se camuflan incluso dentro de las unidades.
Según los trabajadores, esta sería la tercera o cuarta vez que la empresa suspende sus operaciones por amenazas similares. Señalan además que otras líneas de transporte en el distrito ya pagan “cuotas” para poder seguir trabajando sin ser atacadas.
Pese a las denuncias y los antecedentes, la banda utiliza el mismo número de contacto sin que las autoridades logren desactivarlo ni capturar a los responsables. “Ni el Ministerio del Interior ni la ATU se preocupan por nosotros. Nadie nos protege”, lamentó otro chofer durante un plantón improvisado en las afueras de la empresa.