Las cifras de los casos de desaparición son cada vez más alarmantes, y es que jovencitas entre los 14 y los 17 años se han convertido en el blanco de bandas criminales vinculadas a la trata de personas para explotarlas sexualmente.
Estas organizaciones criminales buscan presas fáciles de convencer a través de redes sociales, para captarlas y arrebatarlas de sus hogares y meterlas en un mundo de perdición del cual pocas pueden salir sin quedar marcadas.
La explotación sexual ocurre cuando un grupo de personas o una persona involucra a niñas, niños o adolescentes en actos sexuales para satisfacción propia o de otras personas a cambio de cualquier tipo de beneficio, dinero, especias, protección, regalos y es una flagrante violación de Derechos Humanos.
LA TRATA DE PERSONAS A NIVEL NACIONAL
La trata de personas, es una de las formas de violencia hacia niñas, niños y adolescentes. Es un antiguo problema que existe en todo el mundo y se sustenta en prácticas históricas y culturalmente determinadas en las que se someten a estas víctimas al poder del mundo adulto.
Pero en ocasiones son los mismas víctimas son las que ingresan a este mundo, engañadas según loexplica la psicoterapeuta Marvi Beingolea, y esto se debe a la necesidad de dinero, necesidad de cariño, “Estas niñas tienen esa accesibilidad porque lo hemos visto en diferentes ciudades que lo que hacen es te voy a comprar esto, te voy a dar esto, vamos a viajar, entonces mis papás no me dan esto, vamos, lo voy a hacer, mi papá me grita, me maltrata lo escapó de esta situación de dolor para mí”, indica la experta.
Para la especialista, “Incluso la discusión entre padres podría generar desenlaces inesperados en los adolescentes y la clave, además de generar un ambiente sano de crianza, está en la forma en que los padres se comunican con sus hijos adolescentes”.
Cabe señalar que, los casos de desaparición se vienen incrementando de manera alarmante, la Defensoría del Pueblo ha reportado que solamente entre enero y febrero de este año han desaparecido 1,498 mujeres, que fueron reportadas ante las distintas sedes de la Policía Nacional a nivel nacional, de las cuales el 64 % correspondieron a niñas y adolescentes, mientras que el 36 % fueron adultas.