Una nueva serie de asaltos registrados en distintos distritos de Lima ha encendido las alarmas sobre la efectividad real de la norma que obliga a los motociclistas a portar chalecos reflectantes con el número de placa visible. Lejos de disuadir el crimen, estos chalecos están siendo utilizados por delincuentes como parte de su disfraz para pasar desapercibidos.
LO USAN COMO CAMUFLAJE
Durante el último fin de semana, cámaras de seguridad captaron al menos cuatro robos cometidos bajo el mismo patrón: motociclistas con chalecos anaranjados y mochilas de delivery interceptan a transeúntes, los amenazan y les arrebatan el celular antes de huir a toda velocidad. En todos los casos, la presencia del chaleco obligatorio no ayudó a prevenir el delito ni a identificar de inmediato a los responsables.
Uno de los asaltos ocurrió en Surco, donde un sujeto a bordo de una moto subió a la vereda y arrebató el teléfono a un peatón que caminaba sin percatarse del ataque. Otro hecho similar se registró en Los Olivos, donde una estudiante fue interceptada por dos delincuentes en moto. Uno de ellos portaba la mochila de una conocida app de reparto, mientras el conductor vestía el chaleco reglamentario. La joven fue intimidada y terminó entregando su celular a escasos metros de su vivienda.
A estos se suman incidentes en Lince, en plena avenida Arequipa, y el impactante caso en el Cercado de Lima, donde una madre que cruzaba la pista con un coche fue víctima de robo a manos de otro motorizado con chaleco anaranjado. En todos los casos, los asaltantes actuaron con rapidez, aprovechando la aparente legitimidad de su apariencia.
La medida que prohíbe llevar acompañantes en motos también ha sido vulnerada en varios de estos asaltos, donde los robos fueron perpetrados por dos personas a bordo de la misma unidad. Además, la clonación de placas y el uso de chalecos con números falsos hacen que la identificación sea inservible en la práctica.
