Una modalidad de estafa que parecía haber quedado en el pasado ha resurgido con fuerza en el país. Se trata del cuento de la maleta retenida, una estrategia criminal que, según la Policía Nacional, ha permitido a diversas bandas robar más de un millón de soles solo en lo que va del año. La mayoría de víctimas son adultos mayores que tienen familiares viviendo en el extranjero.
Los delincuentes crean perfiles falsos en redes sociales, suplantando la identidad de hijos, nietos o amistades que residen fuera del país. Tras establecer contacto, les aseguran que enviarán una maleta cargada de regalos: laptops, celulares, ropa o perfumes. Luego, una llamada falsa desde una supuesta entidad aduanera les informa que el paquete fue retenido por exceder el valor permitido y que deben pagar una multa.
“No de buena fe no más les he dicho que me lo manden a mi casa... pero yo no sabía que esto iba a suceder”, declaró una víctima, a quien le exigieron 14,150 soles para liberar la supuesta encomienda.
MODUS OPERANDI
Para hacer más creíble el engaño, los estafadores envían videos del supuesto escaneo del equipaje y fotos con los artículos prometidos. Incluso emplean audios grabados desde cárceles en Colombia, en los que se escucha cómo se exige a los colaboradores peruanos “agilizar la estafa”.
“Necesito una cuenta urgente para mañana... le van a poner una guitica valiente a esa”, se escucha en uno de los audios difundidos por las autoridades.
De acuerdo con la División de Investigación de Estafas de la PNP, estas son bandas perfectamente estructuradas, con funciones específicas para cada miembro: captadores de víctimas, titulares de cuentas bancarias, coordinadores y cabecillas. Algunos de estos líderes operan desde penales extranjeros, especialmente en Colombia.
Las autoridades han advertido a la ciudadanía que no entreguen datos personales a desconocidos y que eviten compartir información privada en redes sociales, ya que los estafadores buscan perfiles vulnerables, especialmente de personas mayores.
La recomendación principal es desconfiar de ofertas o promesas inusuales y verificar siempre directamente con los familiares antes de realizar cualquier pago o entrega de información confidencial.