Minutos antes de brindar un testimonio en vivo para Buenos Días Perú sobre las extorsiones que enfrentan a diario, una jaladora del transporte informal en Santa Anita recibió una amenaza directa. Según informó la reportera Yulissa Rivera, quien se encontraba en el óvalo del distrito, los delincuentes habrían llamado a la trabajadora para advertirle que estaban observando su interacción con un medio de comunicación.
“Nos dijeron que los estaban vigilando y que sabían que estaban con la prensa”, detalló el equipo de Panamericana Noticias. Esta situación impidió que su denuncia se transmitiera en vivo, pese a que la trabajadora había accedido previamente a contar cómo las mafias exigen pagos diarios de entre 10 y 15 soles a jaladores y controladores, personas que apenas ganan 20 o 50 céntimos por vehículo.
La víctima, que también habló con las cámaras de Panamericana durante el paro, había relatado su experiencia como madre de familia y sostén del hogar, expuesta al peligro pero obligada a continuar trabajando para mantener a sus hijos. Ella no es la única: otros jaladores en la zona han denunciado ser blanco de amenazas similares. Algunos incluso mostraron mensajes intimidantes recibidos por WhatsApp, exigiendo pagos a cambio de no ser agredidos.
Según información policial recogida por el medio, pese a las operaciones del Grupo Terna, hasta ahora no se ha logrado identificar a los responsables de estas extorsiones en Santa Anita.
ZONAS MÁS AFECTADAS
Distritos como San Juan de Lurigancho, El Agustino, Comas, Carabayllo y Villa María del Triunfo figuran entre los más afectados por estas mafias. Las amenazas incluso se extienden por tramos: una misma ruta puede implicar pagos a distintas organizaciones delictivas dependiendo del distrito que atraviesa.