Al grito de “¡Queremos seguridad!”, mototaxistas, colectiveros y comerciantes de la zona de Huáscar, en San Juan de Lurigancho, tomaron la avenida José Carlos Mariátegui para protestar contra el incremento de la criminalidad y la falta de acción por parte del Estado.
Con pancartas, megáfonos y consignas, los manifestantes denunciaron que son víctimas de múltiples mafias que les exigen el pago de cupos para poder seguir trabajando. Algunos indicaron que actualmente pagan extorsiones a hasta cinco bandas distintas.
“Estamos cansados, ya no se puede trabajar así. Pagamos a una, luego aparece otra y otra más. Vivimos con miedo todos los días”, denunció un mototaxista. Otros señalaron que, ante la ausencia de patrullaje y protección policial, el pago de cupos se ha convertido en una obligación para sobrevivir.
Durante la protesta, muchos expresaron su indignación hacia el gobierno central y exigieron acciones concretas. “Nos sentimos abandonados. A los delincuentes nadie los toca, pero a nosotros nos matan por trabajar”, dijo una comerciante.
Algunos transportistas llevan casi una semana paralizados, mientras otros continúan trabajando con temor, pese a las amenazas. La Autoridad de Transporte Urbano para Lima y Callao (ATU) informó que, desde septiembre del año pasado, 64 empresas de transporte formal han reportado extorsiones, de las cuales 11 están vinculadas a hechos de violencia o sicariato.
La policía, por su parte, ha capturado a ocho bandas criminales involucradas en el cobro de cupos, pero los vecinos afirman que la situación en las calles sigue igual o peor.