En San Isidro, una casa se encuentra al borde del colapso por la construcción de un edificio vecino. María Bernales (57) aseguró que desde hace tres años ya no tiene tranquilidad por el inicio de la construcción del edificio contiguo.
Según la dueña, la empresa constructora solo se ha limitado a colocar unos palos para apuntalar el techo y evitar que se venga abajo, pero que hace meses no le da ninguna respuesta a sus reclamos. De acuerdo a un convenio que María Bernales firmó con el grupo inmobiliario Triveli, la empresa se compromete a reparar inmediatamente los daños, restituyendo el predio a su estado original, pero eso no ha ocurrido.
“Como estas constructoras tienen sus empresas, son poderosas, tienen sus abogados, abusan demasiado de los vecinos”, manifestó la señora María. Ahora lo que pide la propietaria de la casa afectada es que la empresa cumpla con lo acordado y que soluciones los daños estructurales de su vivienda.