La intensa humedad posada sobre sus rostros les recuerda, que no existe para ellos una cálida habitación donde reposar y menos un hogar que los ampare, les recuerda, que la noche ha caído y que deben, coger cartones y bolsas plásticas para pasar otra noche. El frío y el hambre hacen aún más grande su tristeza. están abandonados y algunos tienen más de 90 años.
En una banca del jirón Cuzco, en el Centro de Lima, una mujer conocida por los lugareños como doña Julia coloca delgadas colchas y periódicos, no por ella sino para abrigar a su hijo ya que ambos hace más de cinco años viven en la calle. Como manifiesta la madre su hijo fue retirado del Ejercito Peruano y no recibe ningún beneficio, según su progenitora, su hijo fue golpeado por altos mandos y dado de baja por incapacidad física.
Cabe señalar que doña Julia no solo es victima de la indiferencia de las autoridades, a sus 90 años y con su salud totalmente disminuida, vive también aterrada con la delincuencia.