En los Estados Unidos, el primer testigo con intervención directa en el escándalo de Ucrania, Gordon Sondland, compareció públicamente en el Congreso norteamericano y lanzó dos acusaciones contra Donald Trump. La primera fue que Trump ordenó presionar al Gobierno de Volodímir Zelensky para lograr una investigación judicial que perjudicaba a los demócratas y que, además, hubo presunto pago en esas maniobras con los ucranios.
Para los demócratas, este canje constituye una claro caso “soborno” en el proceso de “Impeachment” o destitución contra el mandatario.
Sondland involucró directamente a Trump, ya que afirmó: “Nosotros seguimos las órdenes del presidente”. Según añadió, el equipo diplomático sabía que “estas investigaciones eran importantes para el presidente”.
En otro momento Sondland aseguró varias veces que lo que buscaba la Casa Blanca, más que la apertura de la investigación, era un anuncio de la misma, hecho que tendría mucho más repercusión mediática que un trámite judicial. Además, la declaración tendría que ser hecha por el propio presidente ucraniano.