Su nombre es Jerika Bolen, es una adolescente de Winsconsin que sufre de atrofia muscular espinal tipo 2, una terrible enfermedad que destruye las células nerviosas en el tronco del encéfalo y la médula.
A pesar de su condición quiso seguir estudiando e ir todos los días a la escuela, sin embargo ya no puede más con los terribles dolores, por lo que le pidió a sus padres dejar de tomar los medicamentos que la mantienen viva para poder descansar.
Ante esta decisión la cual respetaran sus progenitores, sus familiares y amigos quisieron cumplir su sueño de asistir a la fiesta del colegio. Como era una fecha especial fue escoltada por varias patrullas, y hasta aplaudida por varios agentes al pasar. Así la pequeña Jerika no solo realizó su último baile, sino que se despidió como siempre quiso de sus seres queridos.