La ilusión ha sido considerada por años una de las más increíbles de los últimos tiempos y fue realizada por primera vez en 1992 por el reconocido ilusionista David Copperfield, quien se elevó y flotó por los aires en una espectáculo en vivo ante el asombro de los asistentes. Durante la puesta en escena sus movimientos fueron tan naturales que el mundo quedó asombrado por la capacidad que tuvo para hacer lo impensado, poder volar a voluntad.
En la puesta en escena y para los escépticos que pudieran pensar que estaba sujeto por cables se introdujo entre unos aros para descartar la presencia de algún sistema de cableado y por si quedara alguna duda se metió en una caja trasparente que fue completamente cerrada e increíblemente también levitó allí.
Ante la asombrosa ilusión millones pensaron que tenia algún tipo de conocimiento oculto o que poseía algún poder demoníaco, pero la lógica nos dice que todo se trataba de un truco.
Casi tres décadas después descubrieron como se realizaba el truco mas sorprendente de los últimos tiempos. Copperfield utilizaba un sistema de arneses casi invisibles para poder volar, un artefacto creado por John Gong, uno de los mejores creadores de ilusiones del mundo.
En 1993 registró una patente que lleva el titulo de Aparato de Levitación, mismo que en plena era de la tecnología se puede encontrar en Google Patnets. Según el documento se trata de un aparato para usarse en la realización de ilusiones en las que el ejecutante parece elevarse y moverse en aparente desafío a la gravedad.
Con este artefacto el mago se apoya dentro de un arnés de diseño innovador, que a su vez se sostiene en dos conjuntos de cables muy finos , invisibles para el público y las cámaras.
Según la patente, los cables están hechos de acero y tienen tan solo un cuarto de milímetro y cada uno de esos cables tienen la capacidad de soportar hasta 10 kilogramos de peso.
El conjunto del arnés está conectado a las matrices de cables con un complejo sistema de resortes que distribuye uniformemente el paso del mago, de manera que el ejecutante tiene la libertad de realizar movimientos diversos en distintos ángulos durante la elevación.
Obviamente el arnés está oculto y por ello Copperfield usaba un suéter de color negro exageradamente grande, para así llevar la ilusión al plano más realista y causar asombro e intriga en los espectadores.