Como se sabe, por temporadas agentes de la Municipalidad de Lima, junto con efectivos de la Policía Nacional del Perú (PNP), intervienen y clausuraron locales donde se venden documentos falsificados, en el Cercado de Lima, pero después estos vuelven a funcionar a vista y paciencia de las autoridades.
En el conocido jirón Azángaro existen locales clandestinos que bajo la fachada de viviendas funcionan como imprentas. Lo más asombroso es que el jirón Azángaro está a la espalda del Palacio de Justicia y al costado de una comisaría, pero nadie parece ver nada sospechoso.
Y es que, en el caso de falsificación o alteración de certificados, para el que hiciere un documento falso en todo o en parte, o alterare uno verdadero de la naturaleza de los descritos en el artículo precedente, será castigado con la pena de tres a dieciocho meses de prisión.
En esta crónica de “Al Sexto Día” ingrese al oscuro mundo donde se puede obtener desde una prueba falsa de embarazo hasta un titulo de alguna profesión como médico o abogado, de manera fraudulenta.