Las referencias más antiguas de posesiones demoníacas datan de la civilización sumeria, que creía que la mayoría de las enfermedades del cuerpo y de la mente eran causadas por «demonios de la enfermedad». Los antiguos egipcios, en tanto, también practicaban ritos para protegerse de las potencias maléficas que podían intentar hacerles daño, tanto en este mundo material como en el mundo que comenzaba más allá de la muerte.
Pero en muchos casos estas entidades no toman a un persona para habitarla y controlar su voluntad, inmediatamente después de los anillos, los espejos y los roperos, las muñecas son uno de los objetos malditos por excelencia.
Lo anterior tiene que ver con el hecho de que son mucho más que simples y sencillos juguetes. Las muñecas son un simulacro, una tentativa, un retrato y su poder es tal que fácilmente se pueden convertir en amigas reales para sus dueños.
Existen en el mundo toda clase de muñecas malditas, algunas con malévola autonomía y otras aparentemente poseídas por presuntos demonios o espíritus.
En el distrito de Villa María del Triunfo, más de 250 muñecas terroríficas habitan la vivienda de Luis Enrique quien en su afán de restaurar estos juguetes ha creado sin querer un presunto portal para espíritus que no lo dejan tranquilo, almas que a través de estas muñecas, que sin pilas y ni baterías añadidas caminan de su mano como si fuesen niñas reales intentando al parecer comunicarse con con este plano de la realidad.
Un equipo de “Al Sexto Día” llegó hasta esa vivienda pera conocer a estas supuestas muñecas poseídas por espíritus con los que intentan hacer conexión y revelar el misterio que hay tras este fenómeno hasta ahora inexplicable.
