La muerte de Nilo Burga, dueño de la empresa Frigoinka, clave en el escándalo de corrupción en el sector estatal, ha dado un giro inesperado. Aunque inicialmente se manejó como un suicidio, los últimos peritajes forenses han desmentido esta versión, apuntando a la manipulación de la escena del crimen.
Según el científico forense Danny Humphire, el análisis de las manchas de sangre en el cuerpo de Burga indica que el cadáver fue movido tras el supuesto incidente. "La posición de los coágulos de sangre y los patrones en la escena indican que hubo dos eventos: uno en un sillón y otro en la cama", explicó el experto.
Burga, quien fue uno de los empresarios más cercanos a altos funcionarios durante el gobierno de Dina Boluarte, se encontraba bajo investigación por su relación con una red de corrupción que abastecía alimentos contaminados a las poblaciones más vulnerables del país. La muerte de Burga, en un hotel de la capital, ocurrió justo cuando su testimonio era considerado crucial para destapar el entramado de irregularidades en la distribución de productos alimenticios.
EXIGEN QUE SE INVESTIGUE EL CASO
Además, el abogado de la familia Burga denunció desidia por parte de la policía y la Fiscalía en el avance de la investigación. Desde el Congreso de la República, diversos parlamentarios exigen que el caso no quede impune.