En un esfuerzo por renovar el Gabinete, el Ejecutivo realizó cuatro cambios importantes. La salida más destacada fue la de Javier González-Olaechea, quien se había hecho conocido por su firme postura ante la OEA contra el fraude electoral en Venezuela. Su reemplazo, Elmer José Gonzalo Schialer Salcedo, asumió una posición más moderada, indicando que los problemas de Venezuela deben ser resueltos por los propios venezolanos.
En el sector Vivienda y Saneamiento, Hania Pérez de Cuéllar fue reemplazada por Durich Francisco Whittembury Talledo, un nombramiento que ha generado controversia debido a su vinculación con la red de corrupción presuntamente liderada por la empresaria Sada Goray.
En Comercio Exterior y Turismo, Elizabeth Galdo, quien fue recordada por su afirmación de que Perú exportaría carne de burro a China, fue reemplazada por Úrsula Desilú León Chempén, con experiencia en el sector pesquero.
En el Ministerio de Cultura, Leslie Urteaga fue reemplazada por Fabricio Alfredo Valencia Gibaja, abogado con una maestría en museología y gestión cultural.
PRESENCIA FEMENINA SE REDUCE
Finalmente, es importante destacar que estos cambios han reducido la presencia femenina en el Gabinete a solo dos ministras, en un gobierno liderado por la presidenta del Bicentenario.