“A mí me ubicaron acá cerca y yo me negué, dije que a mí no me van a comprar con plata, sino que quería justicia para mi hermana”. Así inicia Teresa Ávila su relato sobre los ofrecimientos de dinero que le hicieron los operadores políticos de Ollanta Humala para que no denunciara el asesinato de su hermana Natividad y de su cuñado, Benigno Sulca, ocurrido en 1992 en la localidad de Madre Mía en Huánuco.
Ávila asegura que le ofrecieron 20 mil dólares para no imputar al capitán “Carlos”, como era conocido Humala Tasso. Cuenta que, quien le propuso la entrega del dinero fue Rubén Gómez por orden de Amílcar Gómez Amasifuén, hombre de confianza del ex presidente. Y además le pedía reunir a la prensa para aclarar que el capitán “Carlos” no tenía nada que ver con la desaparición de sus familiares.
En otro momento asegura sentirse dolida, no solo por el hecho de no encontrar justicia para su hermana y su cuñado sino porque también luego se enteró que su hermano Jorge Ávila había recibido un soborno por parte del entorno del líder nacionalista. “Cuando me enteré que se había retractado y recibió dinero sentí cólera y decepción porque este juicio lo íbamos a llevar nosotros”, señaló en diálogo con la prensa.
Recuerda que el 17 de junio de aquel año fue que se llevaron a su hermana y seis días después confirmó que estaba muerta. Sin embargo, su cuerpo nunca pudo encontrar. Los restos de su cuñado sí fueron encontrados flotando en el Río Huallaga. La hermana de Jorge Ávila espera que difundidos los audios, la investigación se reabra, a fin de encontrar justicia luego de 25 años.