Este lunes 30 de junio se iniciaron los trabajos de demolición del puente Chancay, aquella estructura que colapsó el pasado 14 de febrero, dejando más de 40 heridos y varias víctimas mortales. El ministro de Transportes y Comunicaciones, César Sandoval, anunció que la obra durará entre 8 y 10 días, y se espera que antes del 15 de julio se restablezca la movilidad para más de 14 mil vehículos que transitan diariamente por esta vía clave.
La empresa concesionaria Norvial está a cargo de la demolición, la cual sufrió retrasos debido a que el Ministerio Público no había autorizado la intervención, ya que se venían realizando peritajes como parte de la investigación del accidente. Finalmente, tras varias gestiones, el Ministerio de Transportes recibió la notificación fiscal que permitió el inicio inmediato de los trabajos en la zona.
Junto a la demolición, el gobierno avanza con la colocación de un segundo puente modular como solución temporal, mientras se termina el expediente técnico de un puente definitivo. Sin embargo, el colapso del puente Chancay encendió las alertas sobre el estado de la infraestructura vial en el país, especialmente en zonas estratégicas como Huaral, donde se ubica el megapuerto en construcción.
ALERTA POR PUENTE ROJO
Uno de los casos más preocupantes es el del llamado “Puente Rojo”, que une Aucallama con Huaral y que presenta signos visibles de corrosión y debilitamiento. La Contraloría ha advertido sobre su estado, y los propios vecinos temen cruzarlo por riesgo de colapso. Las autoridades aseguran que están haciendo controles de daños en distintas zonas, pero la población exige acciones concretas para evitar una nueva tragedia.