En Cajamarca, una mujer acudió a las rondas urbanas para denunciar a su pareja por ser víctima de constantes agresiones. Tras intervenirlo los ronderos decidieron que el sujeto sea castigado por su propia conviviente quien le propinó varios latigazos. Luego de los azotes, el joven agresor pidió disculpas a su esposa y prometió que nunca más volver a faltarle el respeto.
Luego de recibir el castigo, a pesar que el acusado prometió cambiar su pareja tomó la decisión de dejarlo, ya que su vida corría peligro de seguir a su lado.