En Cañete, un trabajador del Cementerio General de San Vicente, se negó a enterrar a quien en vida fue Santiago Simones Canales. Según el responsable, el horario para realizar entierros había terminado, los deudos debieron haber llegado a las 2 en punto de la tarde para las exequias, sin embargo, tardaron tres horas más, debido al tráfico que había en la ciudad.
Los familiares del difunto reclamaron y mostraron la boleta donde se señalaba que habían cancelado todo el sepelio, pero el trabajador del camposanto se negaba abrir la puerta del pabellón correspondiente. Ante la insistente negativa, los deudos estuvieron a punto desatar un enfrentamiento en el lugar, pero afortunadamente llego la policía para instaurar el orden en esta incómoda situación.
Tras varios minutos de una intensa conversación, al final la calma volvió y al trabajador no le quedó otra y resignado tuvo que enterrar a Don Santiago que fue despedido entre aplausos.