Colombia atraviesa una crisis social y política marcada por bloqueos de vías, manifestaciones y una creciente desaprobación hacia el gobierno del presidente Gustavo Petro. En la región de Bocayá, campesinos han salido a protestar contra la intención del Ejecutivo de prohibir actividades agrícolas y ganaderas para preservar los ecosistemas de los páramos, una medida que ha generado malestar en las comunidades locales.
A este conflicto se suma la protesta de los mineros, quienes han tomado las carreteras en respuesta a la reciente decisión del Gobierno de suspender las exportaciones de carbón a Israel. Esta medida, adoptada luego de que Petro rompiera relaciones comerciales con dicho país, ha desatado una crisis en el sector de la minería tradicional.
DESVIAR LA ATENCIÓN
Según el internacionalista Ramiro Escobar, el mandatario colombiano estaría intentando desviar la atención de estos conflictos internos recurriendo a una estrategia clásica en política: generar tensión internacional. Escobar sostiene que la reciente acusación de Petro contra el Perú, sobre una supuesta ocupación de tierras, carece de fundamento.
"Ese territorio es peruano. Lo que ha hecho el presidente Petro en un momento de crisis política y social es apelar al recurso de un problema limítrofe para apagar los problemas que tiene dentro del país", explicó el analista, quien comparó la situación con la estrategia utilizada por Nicolás Maduro respecto a la zona del Esequibo en Guyana.
Escobar también advirtió que esta postura podría estar motivada por el contexto electoral. A menos de un año de las elecciones generales en Colombia, la desaprobación de Petro alcanza el 58 %, según la última encuesta publicada en agosto. Frente a este escenario adverso, el jefe de Estado buscaría cohesionar a su base política apelando a un conflicto externo.