A las 8:00 a. m. en punto, la presidenta Dina Boluarte ingresó a la Catedral de Lima para participar en la tradicional misa y Te Deum por el 28 de julio. Fue recibida con un saludo protocolar del arzobispo de Lima, cardenal Carlos Castillo. Lo que no se esperaba era que, minutos después, el prelado pronunciara una de las homilías más contundentes y críticas dirigidas a las autoridades del país.
“El ser dictador es fácil, lo difícil es saber gobernar”, advirtió el cardenal al inicio de su mensaje, en una clara alusión al autoritarismo y a la pérdida de rumbo ético en el liderazgo nacional. “La actitud dictatorial y mandona viene de personas sin vocación entrañable”, sentenció, en presencia de Boluarte y de las más altas autoridades del Estado.
Visiblemente incómoda, la mandataria pidió un vaso con agua para ingerir una pastilla en medio del discurso. Sin embargo, el arzobispo continuó elevando el tono. “Nuestro pueblo nos grita y nos exige llama a renunciar a las ambiciones y costumbres injustas”, dijo, antes de responsabilizar a las dirigencias políticas de la crisis actual.
“La anarquía no es resultado de los justos reclamos de la población, sino de decisiones tomadas sin justicia ni equidad”, agregó Castillo. Luego fue más allá: “Una amplia capa de la dirigencia nacional vive de espaldas a la mayoría. El espíritu mafioso se ha apoderado de nuestros corazones”, señaló con firmeza.
AUTORIDADES QUE ASISTIERON
El mensaje fue escuchado por un recinto lleno de autoridades: el flamante presidente del Congreso, la presidenta del Poder Judicial, la fiscal de la Nación, la presidenta del Tribunal Constitucional, congresistas y hasta el cuestionado presidente de la Junta Nacional de Justicia, Gino Ríos.
