La crisis del desempleo juvenil en el país ha alcanzado niveles alarmantes. Según el Instituto Nacional de Estadística e Informática (INEI), en el último año se perdieron más de 102 mil puestos de trabajo para personas entre los 14 y 24 años solo en Lima Metropolitana, lo que representa una caída del 14.3 % en ese segmento de la población.
La mayoría de los afectados son jóvenes con estudios técnicos o universitarios que, tras no encontrar una oportunidad laboral en el país, se ven forzados a migrar al extranjero. Otros, incluso, han dejado de buscar empleo debido a la escasez, provocando un retroceso preocupante en el desarrollo profesional y económico de este sector clave de la sociedad.
Expertos atribuyen esta situación al deterioro de la calidad educativa durante la pandemia, así como a la falta de políticas públicas sostenidas en materia de empleo juvenil. A pesar de las cifras que evidencian una crisis estructural, desde el Ejecutivo no se han anunciado medidas concretas para revertir la tendencia.
DESINTERÉS DEL GOBIERNO
La ausencia de respuestas efectivas por parte del gobierno de Dina Boluarte ha incrementado el malestar entre los jóvenes, que ven cómo se cierran las puertas del mercado laboral y optan por buscar un futuro fuera del país. El desempleo juvenil se ha convertido así en una de las principales amenazas para el desarrollo social y económico del Perú.