A pocos días de la llegada de los trenes donados por la empresa estadounidense Coltrain, anunciados con entusiasmo por el alcalde de Lima, Rafael López Aliaga, crece la controversia por las condiciones reales de la infraestructura que los recibirá. El burgomaestre aseguró que las unidades estarán operativas desde la quincena de julio como parte de una denominada "marcha blanca", pero un reciente recorrido por la estación de Desamparados hasta Chosica pone en entredicho esta afirmación. El tramo, que abarca 30 km y atraviesa distritos como Chaclacayo y Ñaña, es actualmente recorrido solo por un tren de carga y presenta signos evidentes de desgaste.
Infraestructura antigua y puentes con altura cuestionada
Durante la inspección en la estación de San Paramo, se evidenció que los rieles son antiguos, con semáforos inoperativos y sin el acondicionamiento necesario para un servicio de pasajeros. Uno de los mayores puntos de conflicto gira en torno a la altura de los vagones, pues en varios tramos existen puentes que podrían representar una barrera. Aunque la Municipalidad de Lima publicó un cuadro asegurando que las locomotoras —con una altura máxima de 5,01 m— pueden pasar bajo el puente Balta (5,47 m), expertos como el arquitecto Daniel Maguiña advierten sobre una posible incompatibilidad. “Ya se está encontrando con puentes que tienen el gálibo de 4,20 m, 4,30 m y el tren que es de dos pisos (…) mide 4,80 m. Por lo tanto, no va a pasar”, afirmó.
En respuesta, Maguiña sugiere que si bien todo tiene solución, estas requieren estudios técnicos serios, como bajar la rasante del terreno o modificar puentes antiguos. “Para ello hay que hacer un diagnóstico estructural y tiene que intervenir un especialista en puente para poder verificar las zapatas de las columnas”, explicó. Esta advertencia pone en duda la viabilidad de que los trenes puedan operar con normalidad en el corto plazo, como espera la gestión municipal.
Además, trabajadores hallados en la vía férrea indicaron que solo realizaban tareas de limpieza y mantenimiento, pero la presencia de personal en puntos clave del recorrido sugiere que podrían estarse efectuando mejoras urgentes para adecuar el tramo al arribo de los trenes. El arquitecto Edwin Dartián también planteó su inquietud: “Yo no sé si los han sometido a un overhaul o acondicionamiento allá antes de enviarlos, porque no creo que acá haya mucha infraestructura para reparar las cosas”. Con todo ello, mientras la expectativa ciudadana crece, las autoridades aún deben zanjar aspectos técnicos críticos si quieren cumplir con los plazos anunciados.