José Miguel Castro, exgerente general de la Municipalidad de Lima durante la gestión de la exalcaldesa Susana Villarán, fue hallado muerto la mañana del domingo 29 de junio en su vivienda. Las imágenes captadas en el lugar del hecho revelan una escena impactante: el cuerpo del economista yacía en el piso de un amplio baño de paredes oscuras, con evidencias que han encendido las alarmas entre los peritos policiales. Fue su propio padre quien lo encontró sin vida.
En la escena, la Policía halló dos cuchillos manchados de sangre: uno a la entrada del baño y otro al lado de un balde rojo. El parte policial describe un corte de aproximadamente 14 centímetros en el cuello de la víctima y detalla que llevaba una toalla verde a esa altura, lo que genera dudas sobre una posible intervención de terceros. “Un suicida no se pone una toalla tras cortarse el cuello”, advirtió el doctor en ciencias criminalísticas Danny Humpire, quien considera que se trata de una “muerte atípica”.
Las inconsistencias continúan: según la policía, la chapa de la puerta del baño habría sido manipulada. Además, sobre una repisa cercana se encontraron un celular y una billetera. Para los especialistas, el análisis de ese teléfono podría ser clave para determinar si Castro dejó algún mensaje o fue víctima de un tercero. Otro elemento relevante es la presencia de medicamentos como Xentralin, usado para tratar trastornos psiquiátricos como la bipolaridad.
CÁMARAS DE SEGURIDAD SERÁN CLAVES
Finalmente, en la casa también se hallaron documentos desordenados y más de una cámara de seguridad instalada alrededor del inmueble, que podrían revelar si alguien ajeno ingresó. La vivienda contaba con reja y puerta de ingreso, por lo que los investigadores esperan que las grabaciones sean determinantes para esclarecer este confuso hecho que ha conmocionado al entorno político y legal del país.