Un nuevo episodio de violencia sacudió la noche del miércoles la transitada avenida Arequipa. Un conductor de colectivo fue atacado a balazos mientras trasladaba pasajeros. El agresor, según testigos, habría abordado el vehículo como pasajero antes de disparar tres veces y huir del lugar. El colectivero se debate ahora entre la vida y la muerte.
AVENIDA AREQUIPA BAJO EL CONTROL DE BANDAS CRIMINALES
Este nuevo atentado expone una cruda realidad: las principales avenidas de Lima están bajo el control de organizaciones criminales que operan con impunidad, cobrando cupos y sembrando el terror entre quienes se atreven a no alinearse a sus exigencias.
Entre las más identificadas están Los Injertos del Rímac, quienes marcan sus unidades con un distintivo logotipo de un mono con corona. Durante un breve recorrido por la avenida Arequipa, se detectaron al menos ocho vehículos con este símbolo. Los choferes que operan en esta zona estarían obligados a pagar hasta 25 soles semanales por unidad para evitar represalias.
Pero esta no es la única banda en acción. El grupo La Nueva G del Rímac, que utiliza un delfín azul como emblema, también habría sectorizado rutas y exigiría pagos de 10 soles diarios si el colectivo circula entre Alcázar y Colón, y 20 soles si llega hasta Miraflores.