La presidenta Dina Boluarte ha alcanzado un mínimo histórico en los niveles de aprobación ciudadana. Según la última encuesta nacional de Ipsos, apenas el 2% de peruanos respalda su gestión, una cifra nunca antes vista desde que se realizan este tipo de mediciones. En regiones como el norte del país, el respaldo es inexistente: 0%. Todo esto ocurre mientras la mandataria lleva más de 200 días sin ofrecer una sola conferencia de prensa.
Especialistas atribuyen esta caída libre a una acumulación de errores, entre ellos el manejo de la seguridad ciudadana, el escándalo por sus operaciones estéticas y, sobre todo, su prolongado silencio frente a la opinión pública. Guillermo Loli, representante de Ipsos, calificó el resultado como “pésimo” y aseguró que nunca antes se había registrado algo similar en más de tres décadas de encuestas. “Ratifica una imagen de lejanía y soberbia”, indicó.
Los recientes asesinatos en Pataz, donde 13 personas fueron brutalmente ejecutadas sin una respuesta rápida del Estado, han contribuido aún más al desprestigio de la mandataria y su equipo. Ni siquiera el nuevo ministro del Interior escapa al repudio: apenas un 5% de la población respalda su gestión. “Lo que la gente está sintiendo es que el Estado no funciona en la solución de su principal dolor, que es la delincuencia”, explicó Loli.
SOBRE AUMENTO DE SUELDO
Como si fuera poco, en medio del rechazo generalizado, la presidenta ha sido blanco de duras críticas por el cuestionado aumento de su salario. El monto, que supera los 35 mil soles mensuales, ha sido percibido como un autopremio en medio de una crisis de legitimidad sin precedentes. Dina Boluarte no solo ha roto récords de desaprobación: ha sellado, para muchos, la crónica de un final anunciado.
