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08/05/2025

Burocracia peruana casi impide la nacionalización del Papa León XIV

El ahora Sumo Pontífice enfrentó obstáculos burocráticos en 2015 cuando intentó nacionalizarse peruano para asumir como obispo en Chiclayo, pese a su larga trayectoria pastoral en el país.




La elección del Papa León XIV fue un hecho histórico que sorprendió al mundo, pero poco se sabía sobre los obstáculos que enfrentó en su camino hacia el Vaticano. Uno de los más grandes desafíos fue su nacionalización peruana, un proceso lleno de trabas burocráticas que casi impiden que el recién elegido Pontífice pudiera cumplir con uno de sus más grandes sueños: ser peruano.

Como se sabe, el nuevo Sumo Pontífice llegó al Perú en 1985, específicamente a Piura, y con el paso de los años, entre 2015 y 2023, asumió el cargo de obispo de la ciudad de Chiclayo. Sin embargo, para poder ejercer como obispo en el Perú necesitaba la nacionalidad peruana, un requisito esencial en la Iglesia Católica.

A pesar de su dedicación y trabajo en la región, la burocracia estatal estuvo a punto de truncar su sueño. Fue Boris Potozen, entonces superintendente de Migraciones, quien recibió su solicitud. Él recuerda que el trámite se detuvo por requisitos burocráticos: certificados vencidos, actualizaciones documentarias y otros detalles técnicos que exigían renovaciones constantes. Nada grave, pero sí engorroso.

Afortunadamente, varias coincidencias clave allanaron el camino. Como se mencionó en el párrafo anterior, en Migraciones se encontraba Boris Potozen, chiclayano al igual que Prevost, y José Luis Pérez Guadalupe, quien en ese momento era ministro del Interior y también originario del norte. Para el actual Papa, esto no fue una simple casualidad, sino un "mensaje divino".

"PAPA PERUANO"

A pesar de los desafíos, Robert Prevost nunca perdió la esperanza. Su labor en Chiclayo y su constante cercanía con la comunidad fueron fundamentales para su proceso de nacionalización, pues logró ganarse el cariño y el respeto de todos.

Los feligreses lo recuerdan como un hombre cálido, amable y empático, características que lo convirtieron en el "Papa peruano". Su relación con el país no solo fue espiritual, sino también un acto de entrega, y su nacionalización fue un paso necesario para cumplir con su misión de fe.


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