En un momento en el que la Iglesia Católica vive un proceso profundo de reforma, el mundo está atento a cómo se están dando los pasos hacia un futuro, el reciente nombramiento del Papa León XIV marca un nuevo capítulo en este camino, una continuidad del trabajo iniciado por su predecesor, el Papa Francisco.
El cardenal Pedro Barreto, quien participó en las reuniones previas al Cónclave en el Vaticano, recuerda el ambiente de esperanza que predominó durante las deliberaciones. Asegura que, en esas reuniones, se perfiló el futuro liderazgo de la Iglesia, y ese perfil, como expresó el mismo León XIV en su primer discurso, está marcado por una acción de gracias al Papa Francisco, un fuerte compromiso con la sinodalidad y el llamado a alentar la vida nueva que Jesús ofrece a los creyentes.
La sinodalidad, como concepto clave en el pontificado de León XIV, propone una Iglesia más inclusiva y abierta a la participación de todos sus miembros, sin perder su unidad. "Sinodal", una palabra de origen griego que significa "caminar juntos", refleja la esencia de este enfoque, según explica el rector de la Universidad Antonio Ruiz de Montoya, Rafael Fernández Hart. Este concepto significa que, aunque la Iglesia tiene una estructura jerárquica, debe escuchar a todos sus miembros y ser una Iglesia "de a pie", abierta a la diversidad de voces.
ELECCIÓN RÁPIDA REFLEJA ESPÍRIITU DE UNIDAD
En el cónclave que eligió al Papa León XIV, con la participación de 133 cardenales de todo el mundo, se presentó un desafío considerable. Sin embargo, la elección se realizó de manera rápida gracias al consenso logrado entre los cardenales. El cardenal Barreto subraya que este consenso refleja el espíritu de unidad y colaboración que puede beneficiar no solo a la Iglesia, sino a las naciones, como señala con énfasis en su mensaje hacia el Perú.