Momentos de terror se vivieron en San Juan de Lurigancho cuando Celinda Ramírez, una mujer de 50 años, fue asesinada a balazos en la puerta del penal de Lurigancho. La víctima se encontraba en un local de venta de alimentos junto a dos familiares cuando dos sujetos en moto llegaron y dispararon a quemarropa contra ella. A pesar de estar acompañada, los delincuentes solo la atacaron a ella antes de darse a la fuga.
El cuerpo aún con vida de Celinda Ramírez fue trasladado al hospital San Juan de Lurigancho en Canto Grande, donde los médicos solo pudieron confirmar su fallecimiento. Testigos del hecho, visiblemente consternados, exigieron mayor seguridad en la zona, denunciando que la violencia en los exteriores del penal es constante y que sienten que sus vidas no tienen valor para las autoridades.
Este trágico episodio no es un caso aislado. En agosto del año pasado, delincuentes dejaron una granada frente a este mismo penal como amenaza contra el jefe del INPE, Javier Llaque. Además, el pasado 22 de enero, otro explosivo fue abandonado en el penal Castro Castro, con advertencias de que podían “volar todo el penal”. Estos hechos han encendido las alarmas sobre la creciente inseguridad en los alrededores de los centros penitenciarios.
EXIGEN MAYOR SEGURIDAD
Ante la indignación de la población, se espera un pronunciamiento de las autoridades para reforzar la seguridad en estos puntos críticos. Los comerciantes y vecinos de la zona exigen medidas urgentes para evitar que hechos como este sigan ocurriendo y cobrándose más vidas inocentes.