Con motivo de Halloween, varias discotecas en San Juan de Lurigancho, abrieron sus puertas a pesar del estado de emergencia que prohíbe las reuniones sociales a partir de la medianoche. Cientos de jóvenes se congregaron en estos locales para celebrar, sin embargo, la festividad se vio interrumpida por la presencia de la policía.
Los agentes lograron poner fin a estas celebraciones, pero lo que causó mayor indignación entre los vecinos fue la ausencia de la fiscalización municipal, encargada de supervisar que estos locales cumplan con las normas establecidas. Las discotecas operaban sin control y a puertas cerradas, desacatando el estado de emergencia.
Esta situación ha generado un fuerte rechazo por parte de los vecinos y dueños de restaurantes, quienes han hecho un llamado a los propietarios de las discotecas para que sean más conscientes de las consecuencias de estas fiestas. Algunos vecinos, incluso, responsabilizaron al gobierno por la ineficiencia de esta medida excepcional.
EXIGEN MAYOR FISCALIZACIÓN
El descontento es generalizado, ya que consideran que este hecho pudo haber acabado en algún incidente por el descontrol de personas que se congregaban al interior de las discotecas. La reapertura de estos locales nocturnos en medio de la pandemia ha puesto en evidencia la falta de control y supervisión por parte de las autoridades.
