La tranquilidad de la segunda cuadra de la calle Tarata, en Miraflores, se vería interrumpida el 16 de julio de 1992, luego que un coche bomba que llevaba cerca de 400 kilos de dinamita combinada con anfo explotara en dicho lugar de la capital.
El atentado dejó un saldo de 25 muertos, 155 heridos, 5 desaparecidos y más de 300 familias damnificadas. Diversos edificios en la zona se vieron perjudicados por la onda expansiva.
Tras las indagaciones del caso, se daría a conocer que el ataque iba dirigido a sedes de entidades bancarias, ubicadas en la avenida Larco, pero como había bastante movimiento en la zona, los implicados del hecho optaron por dejar la unidad en esa calle.
Años después, el informe de la Comisión de la Verdad, revelaría que el atentado formaba parte del plan de Abimael Guzmán, líder de Sendero Luminoso, para dar inicio a su sexto plan denominado “construir la conquista del poder”, para traer las acciones terroristas hacia la ciudad de Lima.
Finalmente, luego de 26 años del atentado, la Sala Penal Nacional dictaría cadena perpetua contra el jefe senderista y otras nueve personas implicadas en el atentado de la calle Tarata.
