Karina Chávez, una joven empresaria dueña de un Spa en Los Olivos, no deja de recibir llamadas de un sujeto que le pide dinero a cambio de no atentar contra su vida y la de su hija de 9 años.
Los extorsionadores se presentan como delincuentes que siembran el terror en el Callao, incluso dicen conocer todos los movimientos de su víctima.
A sus 24 años, Karina, quien es padre y madre para su hija, ha logrado forjar con mucho esfuerzo un pequeño negocio.
La mujer se armó de valor para denunciar este hecho, pero en la comisaria Sol de Oro aún no le reciben los 12 audios que grabó de las amenazas extorsivas.