La tensión en Medio Oriente ha escalado dramáticamente en las últimas horas con una nueva oleada de ataques entre Irán e Israel. Desde el espacio aéreo iraquí, trabajadores captaron el sobrevuelo de misiles balísticos lanzados desde Irán hacia territorio israelí, generando alarma regional. Poco después, Israel respondió con un ataque directo sobre Teherán, incluyendo la destrucción de un reactor nuclear inactivo en Arak, según fuentes oficiales, como parte de una operación preventiva. Las imágenes difundidas muestran la magnitud de esta confrontación y la incertidumbre que se vive en ambas naciones.
Misiles, evacuaciones y ofensiva diplomática
Entre las ciudades atacadas se encuentra Bercheva, ubicada en el sur de Israel, donde un hospital que atiende a más de un millón de personas fue alcanzado por proyectiles. El impacto no solo ha afectado a infraestructura crítica, sino que también ha provocado una evacuación masiva tanto en Israel como en Irán. Desde Chipre, ciudadanos israelíes fueron escoltados por la Armada en cruceros hasta su país debido al cierre del espacio aéreo. Mientras tanto, la comunidad internacional observa con atención, en particular por el anuncio de que el ministro de Defensa iraní se encuentra en Europa buscando abrir un canal diplomático para contener la escalada.
El gobierno israelí ha señalado que uno de los últimos ataques iraníes en Haifa alcanzó una mezquita en la que se encontraban clérigos musulmanes, evidenciando la naturaleza indiscriminada del conflicto. Además, se confirmó que la defensa aérea de Israel, conocida como la Cúpula de Hierro, no logra interceptar todos los proyectiles, lo que ha generado preocupación sobre la capacidad del país para proteger a su población en medio de una guerra de múltiples frentes.
Desde Estados Unidos, la Casa Blanca dejó abierta la posibilidad de intervenir directamente en el conflicto. En una declaración oficial, la portavoz comunicó que el presidente Donald Trump tomará una decisión en las próximas dos semanas, dependiendo de la evolución de las negociaciones con Irán. Esto plantea un escenario aún más complejo, donde una potencial intervención estadounidense podría cambiar el rumbo de la guerra y generar nuevas repercusiones geopolíticas en la región y el mundo.
