El huracán Florence, uno de los últimos que tocará la costa estadounidense, no es el único que ha afectado a la población de dicha nación, pues en años anteriores otras tormentas han causado estragos.
Uno de ellos fue Katrina (2005), el cual dejó más de 1800 personas muertas en Virginia, Misisipi, entre otros. En aquella ocasión, las ráfagas de viento alcanzaban una velocidad de hasta 280 kilómetros por hora.
De igual manera el huracán Irma (2005) afectó a la población estadounidense, pero especialmente a los residentes de Florida. Allí más de un centenar de ciudadanos perdieron la vida.
Otro ciclón que provocó grandes pérdidas fue Harvey (2017). Uno de los estados más afectados fue Texas, donde 60 personas fallecieron. La tormenta dejó 25 mil millones de dólares en daños materiales.