La aerolínea Lamia y el fallecido piloto Miguel Quiroga sí son responsables directos del accidente aéreo que ocurrió el pasado 28 de noviembre en la localidad colombiana de Medellín, que enlutó al equipo de fútbol brasileño Chapecoense.
“La responsabilidad directa de la empresa Lamia y el piloto en todo este trágico evento”, señaló el gobierno boliviano, que hizo un profunda investigación sobre el trágico suceso.
Bolivia, a través del ministro de Obras Públicas, Milton Claros, se pronunció de esta manera sobre las conclusiones a la que se llegó luego de las investigaciones en torno a la tragedia.
El jefe de la cartera anunció que se abrirá un proceso penal a la empresa, además de tomar medidas administrativas y legales contra los funcionarios que obviaron el reglamento correspondiente.
“El Estado está asumiendo las acciones de la responsabilidad contra los servidores públicos, por lo que nos compete el tema de procesos administrativos, procesos penales por algunas omisiones que se han presentado”, sigue el comunicado.
Entre esos servidores aparece Celia Castedo, ex trabajadora de la administración de aeropuertos y servicios auxiliares a la navegación aérea, aunque con anterioridad su nombre ya estaba vinculado al caso por permitir que el vuelo saliera con previas observaciones.
Tanto ella como marco Antonio Rocha Venegas, copropietario de la aerolínea, no están en Bolivia. La policía está esperando una orden judicial para activar la orden de captura internacional contra ambos.
