Según las primeras informaciones, la masacre se registró en una vivienda en el pequeño pueblo de Manchester, estado de Illinois. Tras una persecución de varias horas, el asesino fue aprehendido en un pueblo cercano.
El alcalde de la localidad, Ronald Drake, confirmó que el tiroteo dejó cinco muertos y un herido grave, y que el hecho de sangre provocó el cierre de escuelas en tres distritos del área sur del estado.
Las víctimas podrían formar parte de la misma familia, según indicó la portavoz de la policía estatal, Monique Bond, al diario Chicago Tribune.
Según Bond, un niño, que aparentemente también se encontraba en el hogar, salió ileso del incidente. Las autoridades no han identificado aún a las víctimas ni a la persona herida.