Hoy el Perú celebra el cumpleaños de Yma Súmac, la cantante más famosa a nivel mundial nacida en este país quien habría cumplido 94 años. Incluso Google le dedicó uno de sus famosos Doodles. Sin embargo, la relación entre la soprano y su tierra natal en su momento no fue de las mejores.
A finales de los años cuarenta, regresó al Perú después de su exitosa primera gira internacional por Brasil, Argentina y Chile. Sin embargo, cuando pidió presentarse en el Teatro Municipal, se lo negaron por su supuesta “falta de calidad”. Prefirieron a una compañía de perros amaestrados.
“A ese extremo ha llegado el desaire de este país hacia la diva”, decía el ya fallecido crítico de canto lírico y amigo de la artista Alejandro Yori, en una entrevista con el periodista Enrique Planas en el 2006. A Yma Súmac no se le perdonó haberse nacionalizado estadounidense en sus mejores años.
“En 1955, cuando ella se encontraba en el segundo puesto de las listas de música en Estados Unidos, solo por detrás de Bing Crosby, ella debía pagar, como extranjera, muchísimos impuestos. Si no gustaba en el Perú, y en Estados Unidos tenía tanto éxito, era lógica su elección”, decía Yori.
“Sin embargo, cuando regresó al Perú, al visitar el Cusco la recibieron con pedradas. A Yma Súmac se la ha tratado siempre muy mal”, acotó. En respuesta, Yma Súmac mantuvo con su país natal una relación distante y fría que llegó a su fin recién en 2006.
En mayo de ese año volvió para recibir la Orden El Sol en grado de Comendador. Según los críticos, una de las posibles causas del rechazo del público limeño a la diva también sería un ‘fundamentalismo’ musical que se oponía a la fusión de géneros.
Miguel Molinari, promotor cultural y uno de los responsables del regreso de Yma Sumac en 2006, recordó que ella fue la primera en mezclar la música folclórica con el jazz, el mambo o el rock. Los puristas se burlaban de las portadas de sus discos donde aparecía ostentosa, como en una opereta.
Yma Súmac también fue una cantante versátil. Mientras en sus giras por América Latina cantaba los más clásicos temas del folclor andino. Para sus discos en Estados Unidos no se hizo problemas en adaptarse al gusto norteamericano. Pese a su éxito, allá se la calificó como “exótica”.
