En los penales del Perú, la situación es cada vez más descontrolada. La reciente muerte de la abogada Fanny Hernández Correa, asesinada presuntamente por orden del interno Luis Antonio Peralta del Carpio, revela el dominio de los reclusos más peligrosos sobre las instituciones penitenciarias.
Peralta, quien parece haberse convertido en un director en la sombra, ha impuesto su control mediante extorsiones y amenazas, incluso ordenando asesinatos de trabajadores del INPE que se oponen a sus actividades criminales.
PRESIDENTE DEL INPE MINIMIZÓ LA SITUACIÓN
El presidente del INPE, Francisco Llaque, intentó minimizar la situación, pero audios y testimonios lo desmienten. A pesar de las amenazas, los reclusos como Peralta han mantenido su poder, planeando nuevos atentados contra los trabajadores y logrando ingresar drogas, celulares y armas a los penales.
La sobrepoblación y la corrupción dentro del sistema penitenciario han agravado el problema, con internos que utilizan el wifi en sus celdas para coordinar actividades delictivas, como se ha evidenciado en el penal de Challapalca.